Hola, soy Carolina, y al igual que tú, yo también soy cíclica y además soy una apasionada por la salud, el bienestar y el movimiento. Llevo más de quince años en el mundo del entrenamiento y alrededor de diez años impartiendo clases de diferentes disciplinas, como Zumba, Pilates, Total Barre, Functional Training, Strength Training, HIIT, entre otras. Todas ellas me han permitido experimentar el poder de mi cuerpo en movimiento y los innumerables beneficios a nivel de salud y bienestar integral.
Sin embargo, a lo largo de mi trayectoria y en mi búsqueda constante del entrenamiento ideal o el más beneficioso, he observado en mi propia experiencia y en la de otras mujeres a mi alrededor algunas condiciones que no nos favorecían al momento de entrenar. Estas van desde sentirnos agotadas o tener momentos de falta de constancia, hasta la frustración por no lograr los objetivos prometidos por algunos tipos de entrenamiento.
Todo esto me llevó a investigar más en profundidad el tema y descubrir algo que no había tenido en cuenta antes: que la mayoría de programas de entrenamiento físico están estructurados tomando como base la anatomía y fisiología masculina. Y aquellos diseñados para la población femenina, se enfocan principalmente en la etapa gestante o en la pérdida de peso. Sin tener en cuenta por una parte nuestras diferencias a nivel hormonal, que tienen un impacto significativo en nuestro estado de ánimo, en nuestra predisposición para el movimiento e incluso en la recuperación de nuestras fibras musculares, entre otros aspectos importantes. Y por otra parte nuestras necesidades específicas conforme nos acercamos a la menopausia y la adultez, incluso muchos de estos entrenamientos ponen en riesgo o reducen nuestra salud integral practicados constantemente y sin una buena base.
Después de investigar mucho a través de libros, estudios y tomar cursos relacionados con la ciclicidad femenina, entendí que podemos aprovechar al máximo las diferentes ventajas que cada fase de nuestro ciclo nos ofrece para llevar a cabo diversas tareas, ya sean laborales o de la vida diaria, que requieren habilidades específicas. Estas habilidades se ven más acentuadas en ciertos momentos debido a las variaciones en nuestras fluctuaciones hormonales, que afectan nuestros procesos biológicos.
Es por esto que, si aprendemos a ir al ritmo de nuestras hormonas, podemos sacar ventaja de cada habilidad que se incrementa y organizarnos en sintonía con nuestros niveles de energía, en lugar de vivir en contra de nuestra naturaleza cíclica y sufrir las consecuencias a largo plazo.
Después de adquirir esta valiosa información, comencé a aplicar todos estos conocimientos a mi vida diaria y laboral. Por primera vez, sentí que tenía el control de mi salud hormonal y que entendía por qué me sentía diferente durante el mes y cuál era el mejor momento para realizar ciertas tareas, así como cuándo no era el momento adecuado. Definitivamente, no siempre me sentía con las mismas ganas o el mismo nivel de energía para hacer el mismo tipo de entrenamiento u otras actividades que requerían mi energía física. Además de las incomodidades físicas, también se trataba de mi estado de ánimo, enfoque y entusiasmo.
Así que decidí educarme como Especialista en Entrenamiento para la Mujer y aprender a entrenar aprovechando las ventajas de cada fase del ciclo menstrual.
Y fue durante este tiempo de formación, que descubrí algo aún más importante acerca de ¿por qué debemos tener en cuenta nuestra biología al entrenar?
Las mujeres debemos prestar especial atención a mantener ciertas cualidades físicas durante nuestra etapa fértil de vida, es decir, mientras aún menstruamos.
Entendí la importancia de entrenar nuestra fuerza muscular. Esto es crucial no solo porque nos ayuda a mejorar nuestra composición corporal, sino también, y lo que es aún más importante, porque nos protege de padecer enfermedades y dolencias comunes en la población femenina, como la osteoporosis, las cardiopatías, los problemas articulares, la fibromialgia, entre otras.
Aunque aún existen pocos estudios al respecto, se sabe que según la fase del ciclo en la que nos encontramos, nuestro cuerpo tiene una mayor predisposición a fortalecer la masa muscular y regenerarse. Por lo tanto, organizar el entrenamiento según nuestro ciclo menstrual nos permite programar los entrenamientos de mayor intensidad en los momentos en los que nuestro cuerpo los asimilará mejor, y entrenar otras habilidades de menor intensidad (pero igual de importantes) en el resto del ciclo. Como resultado, fortalecemos nuestro cuerpo y mejoramos nuestra salud integral, sin sobrecargar ni desgastar nuestras estructuras corporales. Esto hace que nuestro entrenamiento sea más beneficioso, disfrutable y sostenible en el tiempo.
Incluso a nivel de competencias deportivas, las deportistas de élite ya están adecuando sus entrenamientos a la ciclicidad y anatomía propias del cuerpo femenino.
Por eso, decidí crear un programa de entrenamiento que tiene en cuenta la biología y fisiología femenina. Consiste en entrenar teniendo en cuenta nuestras fluctuaciones hormonales, pero además teniendo prestando atención a las necesidades específicas que como mujeres debemos considerar para atravesar mejor las diferentes etapas de nuestra vida.
Y es así como comenzó este hermoso camino hacia mi propia salud y la de todas las mujeres.
Quiero invitarte a redefinir tu concepto de fitness, partiendo de lo que significa ser mujer, con el fin de descubrir todos los beneficios que puedes obtener al comprender cómo fluctúa tu energía de acuerdo con tus niveles hormonales y lo que necesita tu cuerpo para mantenerse saludable a lo largo del tiempo. Y utilizar este conocimiento para aprovechar al máximo tus entrenamientos a favor de tu salud física, mental y espiritual.
Y ¿Por qué es esto importante? Nuestra biología es cíclica, lo que significa que nuestra energía varía según las fluctuaciones hormonales de nuestro cuerpo a lo largo del mes y de la vida. Por lo tanto, ajustar la intensidad del entrenamiento a nuestros niveles de energía en cada fase del ciclo o etapa hormonal en la que nos encontramos es una herramienta poderosa que nos permitirá obtener mejores resultados en cada tipo de entrenamiento realizado en el momento adecuado y con el esfuerzo adecuado. No se trata de encontrar el mejor entrenamiento; la clave está en estructurar un programa de entrenamiento en el que podamos variar diferentes disciplinas para utilizar de manera inteligente las principales cualidades físicas que, como mujeres, debemos conservar a lo largo del tiempo.
Además, quiero compartir contigo desde mi propia experiencia el cambio de paradigmas en cuanto al entrenamiento para las mujeres, que aunque está cambiando, todavía se enfoca principalmente en la estética, a menudo influenciada por imágenes poco realistas e incluso perjudiciales para la salud. Además, persiste cierto rechazo en la población femenina hacia el entrenamiento de fuerza muscular, debido al temor de aumentar excesivamente la masa muscular. Sin embargo, el entrenamiento de fuerza es crucial para nuestra salud, ya que nos permite mantener nuestros huesos fuertes y, definitivamente, no nos convierte en Hulk, ya que nuestros niveles de testosterona no lo permiten. Debemos tener en cuenta también que no es necesario cargar pesos exorbitantes; podemos fortalecer nuestra musculatura de diversas formas como con nuestro propio peso corporal o usando diferentes implementos e incluso con los esfuerzos de la vida diaria. No obstante, a mediano plazo, será necesario añadir estímulos adicionales al peso corporal en nuestro entrenamiento para mejorar nuestra fuerza de manera progresiva.
Es posible que en este momento no sientas mucho los cambios que tu cuerpo atraviesa a lo largo del ciclo y de la vida, debido a que vivimos en un mundo tan acelerado que nos cuesta conectar con el ritmo natural de nuestro cuerpo (Ritmo Infradiano). Sin embargo, ser más conscientes de nosotras mismas nos permite encontrar el equilibrio entre disciplina y disfrute para lograr nuestro bienestar.
Por eso te invito a unirte a mi propuesta de entrenamiento cíclico, diseñada específicamente para la biología femenina, con el objetivo de fomentar una cultura de fitness que tenga en cuenta nuestros cambios hormonales y disponibilidad de energía fluctuante. Además, esta propuesta nos ayudará a preparar nuestros cuerpos para las diferentes etapas de la salud femenina, como el embarazo, la prevención de desequilibrios hormonales, los cambios que ocurren en el cuerpo durante la mediana edad y, por supuesto, prepararnos para la menopausia.
¡Hagamos de nuestro entrenamiento nuestro mejor aliado para la salud y el bienestar!